viernes, 13 de mayo de 2011

Abrazo y castigo

Esta historia es real, sin embargo algunos nombres y lugares han sido cambiados para (obviamente) proteger la identidad de los verdaderos protagonistas...

Erase una vez, una clara y “ventoleada” noche en la ciudad feliz, y en la casa de los super-amigos, Thundernan y yo, nos disponíamos a realizar la misión del día: Ir a un pantano a buscar una planta para una viejecilla, cuya sonrisa dependía de ello. Nos pusimos nuestras respectivas capas y emprendimos el camino hacia dicho pantano… En realidad esa fue una noche tranquila y la misión, además de larga e imprecisa (ninguno de los dos conocía las características de la autóctona planta), no resultó ser muy compleja… Llegamos al sitio, Thundernan se quedó cubriendo la entrada al pantano por si alguna entidad maligna o con un gran sentimiento de propiedad, aparecía y amenazaba con atacarnos e impedir el cumplimiento de nuestra labor, yo por mi parte, me introduje en el peligroso terreno y luego de una “no tan breve” lucha con la planta que había logrado identificar como el eslabón perdido, logré obtener el preciado y tan valorado por la viejecilla, tesoro, a cambio de varios rasguñones. Thundernan y yo nos sentimos satisfechos y luego de proteger nuestro logro en un seguro envase, nos dispusimos a regresar a la guarida… Ustedes podrían llegar a pensar que eso fue lo más importante que hicimos esa noche, pero no, además de nuestro rol como súper héroes ejecutivos, también, de vez en cuando, desarrollábamos el papel de súper héroes de autoayuda… y en esa noche, con un camino tan largo por recorrer de vuelta a casa, nació la más grande y simple teoría de todos los tiempos:

Señoras y señores, siéntanse bendecidos de poder recibir el siguiente conocimiento, pues luego de él, sus vidas cambiarán…

Nuestra (más de Thundernan que mía, pues no quiero quitarle el mérito a mi gran amigo) teoría lleva por nombre: Abrazo y castigo.

Resulta que cuando una persona decide enrolarse en una conquista amorosa, muchas veces se encuentra desorientada y no sabe realmente qué hacer, los nervios no ayudan, la mente se vuelve etérea, e incluso a veces, en los cuadros más serios, ni el cuerpo nos responde y nos volvemos torpes y estúpidos… Es en esos momentos en los que daríamos quizás qué cosa por una respuesta, una guía, una ayuda… Mis queridos lectores, la solución a este infantil (porque es curioso cómo estas situaciones nos hacen regresar en las etapas evolutivas del ciclo vital, cuando la ilusión es verdadera, claro…) es aplicar la técnica del abrazo y el castigo, es decir: Dar y quitar, ser miel y luego vinagre, mostrar amabilidad, simpatía y sonrisas, para después mostrar indiferencia y rozar en el rechazo… ¿Se entiende? Esta técnica asegura éxito en la gran mayoría de los casos, pues funciona apelando a los más primitivos sentimientos humanos, a aquello que todos tenemos más o menos oculto y que por razones de vuestra salud mental, no revelaré.

Debo hacer un alto en este punto para señalar, no sin algo de amargura, que si el Abrazo y castigo bien ejecutado, no resulta, es porque simplemente, en buen chileno, dicho "ente" no está ni ahí con usted, por lo tanto, lo más sano aunque no menos discutible... (algún día hablaré de la dicotomía entre Nietzsche y Siddharta, ello y super-yo), tal vez, sería el desistir... Ánimo!!!! hay muchos peces en el mar!!!

Retomando, el Abrazo y castigo, no solo tiene aplicación en la etapa de la conquista, sino que cuando usted ya haya conseguido su objetivo, y pretenda mantenerlo, el Abrazo y castigo lo convertirá en casi una especie de “droga” para su elegido/a, ya que usted se volverá impredecible y no hay nada más interesante y desafiante para el ser humano, que lo impredecible… la incertidumbre de si algo me pertenece o no, la adrenalina del limbo.

Puedo recordar como en un video el momento en que esta teoría fue bautizada… al principio Thundernan la llamó “Abrazo y golpe”, o algo así, pero cual Sean Parker, le propuse cambiar su nombre a uno más… “llamativo” y henos aquí… “Otro trabajo bien hecho!!!” (Más bien 2).

A la mañana siguiente, la viejecilla recibió su planta y esbozó la sonrisa con más agradecimiento que en mi vida había visto, ya que ella nunca pensó que en la cuidad feliz existían los súper héroes que cumplían secretamente en las noches con los sueños de los más desvalidos y por otro lado, una nueva brillante idea nació en el mundo, sinceramente, yo creo… para quedarse.

Fin.

domingo, 8 de mayo de 2011

La relatividad del tiempo

Todavía el aire huele a suelo mojado,
y las hojas aplauden en los árboles,
el leve susurro de una canción
y me agarro al intervalo de sus pasos...

Segundos... ¿Cuántos? ¿2... 3 segundos? Podría haber intentado contarlos con el golpeteo rítmico de la sangre que en ese mínimo instante resonaba tan fuerte que era difícil de ignorar, pero con eso solo habría conseguido acortar aún más esos ¿2... 3 segundos? Milimétricos segundos que dejaban un minuto entero o tal vez más, de una escena donde ojos desesperados intentaban evitar que la oscuridad desvaneciese su figura e hiciera que todo aquello hubiese parecido una ilusión, una de esas típicas ilusiones que solía tener antes dormir, porque para cualquier persona común y corriente, habría resultado ridícula la idea de haber sido capaz de intercambiar esos ¿2... 3 segundos? por al menos ¡¡¡un ciclo!!!

Un ciclo por un "dedal" gentil y cortes, una sonrisa y una nueva foto para el álbum mental, ese que poquito a poco construía para pintar su retrato, todo eso en ¿2... 3 segundos?

Al cerrar los ojos luego de rendirse en su ya inútil búsqueda, una idea cruzó por su mente:

"Era seguro que había podido degustar la relatividad del tiempo, ya que de un día de 24 horas, esos sin duda habían sido los mejores ¿2... 3 segundos?"

jueves, 5 de mayo de 2011

El sonido


Lo había pensado justo antes... justo minutos antes... y luego ahí, cuando escuchó el familiar sonido lo primero en reaccionar fue su estómago, el estómago siempre es el primero, pero no supo entenderlo... no supo si era el cansancio u otra cosa... y no hubo tiempo para pensarlo tampoco, pues el automatismo se hizo cargo de inmediato y controló la situación. Intentó buscar rasgos delatantes, creyó ver un temblor, pero tampoco pudo asegurarse porque la escena fue rápida y confusa... era una espectadora más que otra cosa. Y el tiempo acabó... y pasó a la siguiente actividad del día, tomó asiento... pero el sonido aún seguía escuchándose e impedía escuchar otra cosa, hasta que poco a poco se fue atenuando para desaparecer mientras miles de recuerdos se agolpaban y la mente se escindía en dos, entre estar ahí y estar en otra parte, cuando de pronto, algo hizo "click" sutil pero profundamente... tan profundamente que hasta el inconsciente pudo sentirlo y lo grabó como siempre el "ello" graba… refregándotelo en la cara a la primera oportunidad, porque hace tiempo que pataleaba y trataba de comunicarse sin éxito, hasta que el sonido lo ayudó a encontrar el lenguaje y las imágenes exactas… y lo hizo, solo habló para que de una vez por todas … se dejase caer el velo y la sombra…

sábado, 5 de septiembre de 2009

La rotación

-->

No me gusta el realismo ni menos el naturalismo, no entendía a esos autores, para mí, las obras debían ser fantásticas, debían hacernos olvidar el mundo en que vivimos aunque fuese por un rato… Esa era la magia, pero tal vez el sumirse en mundos que vemos pero que no miramos, o de los cuales nunca nos enteramos si no nos toca vivirlos, pueda tener algo de rescatable, puede que esos autores hayan querido hacernos pensar o hacer un llamado a nuestra conciencia, en esta última situación es donde me encuentro ahora.
Viernes 4 de Septiembre del 2009, como siempre estoy en el Hospital Dr. Sotero del Río. Camino al 4º piso me encuentro con algunas personas, la mayoría de ellos pueden ser pacientes esperando ser atendidos o más bien familiares de personas internadas, todos me siguen con la mirada cuando paso como esperando que les diga algo… a lo mejor solo quieren que les diga buenos días, pero la intensidad de sus miradas y el hecho de que todos lo hagan al mismo tiempo, sentados uno al lado del otro, me intimida y prefiero subir lo más rápido posible, en verdad sé que no puedo solucionar ninguno de sus problemas. Llego a la sala, son las 9 AM y nuestra tutora parece estar entre molesta y confundida… lo comento con mis compañeros y ninguno se explica porqué, pero tal vez por ser pollos nuevos nos sentimos algo culpables de una u otra manera… ninguno sabe si hicimos algo malo o no, pero el ambiente es un poco tenso.
No estamos todos los que debemos ser, faltan dos de nosotros, que seguramente están atrasados, pero sin querer perder más tiempo la doctora nos dice que bajemos a la urgencia y busquemos si hay "algo que ver". En el camino sigue sin hablarnos. El guardia que custodia la puerta de la urgencia nos abre mecánicamente y responde casi musitando a nuestros “Buenos días”.
Curiosamente el lugar se llama “SPA” (Sala de pacientes agudos…) y dentro del “SPA”, todo el mundo camina de un lado a otro de un pasillo que no recibe luz del sol, por lo que la iluminación es algo amarillenta, a pesar de eso, le da un toque cálido al lugar, el cual está interrumpido por entradas sin puerta a uno y otro lado y dando paso a salas donde están los pacientes que requieren supuestamente cuidados más especiales.
La doctora echa un vistazo a las primeras salas, pasamos por la de siempre, pero parece que no hay mucho que "ver", así que seguimos adelante hacia las salas del fondo que es donde cambia el panorama. Acá si llega la luz del exterior, pero como es invierno y las paredes están pintadas de un color “celestoso”, se ve húmedo y frío, cosa que intenta ser contrarrestada por un par de estufas a gas al medio de cada una de las dos salas.
La doctora se pone a revisar algunos papeles de un paciente de edad avanzada que tiene un letrero en la pared detrás de su cabeza que dice “Aislamiento de contacto”, y una pizarra que dice “Neumonía y compromiso de conciencia”, ella lo encuentra interesante pero le incomoda el letrerito del aislamiento, así que habla con una enfermera para que nos traiga pecheras, pecheras sin mangas  que lejos de proteger a los pacientes de las llamadas “Infecciones asociadas a la atención de salud”, se han convertido en un dogma para que los infectólogos no nos condenen a las penas del infierno si es que nos ven sin ellas… ¡ah! Y no nos olvidemos del sagrado lavado de manos y de los guantes.
Ya estamos todos, incluso los atrasados, así que disfrazados de algo raro, podemos comenzar… La doctora nos dice que primero debemos mirarlo: Es un señor de edad, 70 y algo años, que parece estar dormido, tiene una máscara de oxigeno puesta y está conectado a una máquina que monitorea sus signos vitales. Comentamos nuestra apreciaciones con la doctora mientras una señora en la cama de atrás trata de hablarle a cualquiera de las personas que transitan por la sala, incluidos nosotros… a mi me gustaría saber qué es lo que quiere, pero nuestra tutora no se inmuta y nos sigue hablando, al parecer hay q ignorarla… trato de poner atención a lo que dice la doctora, pero la señora sigue alegando y dice “¡Pero Dios mío que acá no puedo hablar con nadie!, ¡Hace dos días que no me dan ni una taza de té!” Y yo pienso entonces en lo importante que es para los pobres viejos una taza de té... pueden pasar hambre a veces pero nunca les falta su tacita de té para calentar el cuerpo o para “entretener la tripa”. Como la señora sigue gritando, se le acerca finalmente un doctor que le dice que ya le van a traer algo, pero que se espere… La señora ya está desesperada y hasta a mi me parece que las palabras del doctor son para hacer que se quede tranquila y que en ningún caso van a apurar la llegada del desayuno de la señora, la cual justo en ese momento tose, toma una palangana de la silla que tiene al lado de su cama y deja en ella una expectoración con sangre, luego se sume en un sopor… mediano, sentada, inclinada hacia adelante, con los ojos perdidos y la palangana en las manos.
En la cama de al lado un caballero también se queja, pero más bien parece que delira… tiene una sonda en la nariz que vaya diablos uno a saber dónde llega, pero por el cual sale mucho líquido, es como si vomitara por la nariz… el caballero dice algo así como: “Porqué yo, si yo no tengo la culpa”.
Vuelvo a nuestro paciente… comienza el examen físico y el caballero repentinamente vomita mucho liquido café… como cocacola sin gas, nos sorprende a todos, pero mientras nosotros nos corremos para atrás en un reflejo casi obvio, la doctora reacciona y lo da vuelta para un lado para que no se ahogue con su propio vómito… yo me siento mal por no haber reaccionado de una forma más diligente, pero tratamos de secar con toalla nova lo más que podemos su cara y su cuello, pero las sabanas quedan todas mojadas… no hay mucho que hacer… pregunto si podemos llamar a una enfermera para que las cambie, pero la doctora no me toma en cuenta y en eso hace su aparición una asistente social que yo confundí con doctora, por el delantal blanco que llevaba, pero su objetivo era saber de la condición del caballero que estábamos examinando, porque su familia venia de muy lejos y quería saber cuál era el estado de su pariente… La doctora dice que es primera vez que lo vemos así que no sabe mucho, y la despacha… no me fijé si la niña siguió esforzándose por obtener la información, porque el examen tenía que continuar.
La doctora nos muestra los reflejos “arcaicos” como le dice ella, de enganche de la mano… el paciente aprieta los dedos de la doctora igual que las guaguas, como aferrándose a algo y murmura unas palabras imposibles de descifrar. La doctora en ademán de mostrarnos la parte neurológica del examen físico general, le hace un par de preguntas al caballero el cual no responde correctamente… no nos puede decir su edad, ni donde estamos, ni como se llama… Continuamos…
Unos minutos después aparece la muerte a darse una vuelta por la sala, la muerte disfrazada de un cura añoso con un particular acento extranjero y dos hoyos en la cabeza, dos puntos separados por unos dos centímetros y que bajo ellos tienen dibujada una sonrisa con lápiz a pasta… la idea era formar una “carita feliz” en la pelá del cura… Entonces la muerte con un Smiley en la pelá, un guante en la mano izquierda (por que ni el cura se salva de la inquisición de los infectólogos en la batalla contra las infecciones intrahospitalarias) y un pocillo blanco con agua bendita en la derecha, le hace la unción de los enfermos a los pacientes como cual enfermera pasa tomando la presión… yo pensaba que era un ritual, pero este cura unta la mano enguantada en el agua y dibuja con ella una cruz en la mano del enfermo mientras musita unas palabras, luego hace una mosca en la ficha de la persona, como si registrase un signo vital, y pasa a la siguiente cama… Esta vez los “afortunados” de recibir los servicios del cura, son la señora del tecito y nuestro paciente… No sé si a los otros enfermos de la sala ya les había tocado recibir su unción o si alguien le dice al cura quienes son los más sentenciados, por eso me queda la duda si las personas que estoy viendo morirán luego o no, bueno, quién sabe...
Rato después el caballero levanta su brazo temblorosamente y se persigna murmurando una oración… no estaba tan comprometido de conciencia al parecer…
El paciente está frío… mal perfundido, recordando a Glen le digo a la doctora que habría que medirle el lactato, pero la doctora vota por la presión, no importa Glen, yo le sigo creyendo, solo que en otro lugar que no sea la Cato, al parecer será difícil que le vean su lactato…
No vale la pena que explique todos síntomas del caballero, solo puedo decir que al parecer sufría de: La maldita encefalopatía hepática que nos hace ver abuelitos completamente jodidos que si bien están así por borrachos, terminan con neumonía porque se ahogan respirando sus propios fluidos, ya sea vómito, ya sea solo saliva... una inocente diabetes que no parecía hacer mucho ruido y un corazón que latía como cualquier cosa… en todo caso… yo al menos opino que estaba cerca del shock o en una de esas etapas que alguna vez nos mostró Glen… Y ahí estaba, tirado en el “SPA”, con las sabanas húmedas de vomito.
Después de revisar su laboratorio, cumpliendo con “uno de los objetivos del curso”, nos vamos, son las 10:30 AM y a la señora aún no le llevan su té.
No hay nada que hacer por el señor… lo molestamos durante una hora y media con manos por aquí y por allá, sacando provecho para nuestro aprendizaje y por él nadie hace nada… La doctora dice que en una clínica la historia sería muy diferente… No tengo facultad para pedirle a nadie que haga nada, porque hasta la doctora se lava las manos y no creo que lo haga de mala o de insensible, si no que de realista... me quedo intencionalmente atrás y le aviso a la enfermera que la cama del paciente está mojada, me dice "ya, gracias", y se va...
Nos dependimos de nuestra tutora en la escalera que la va a llevar a su sala del 4º piso y nos vamos, aún quedan dos módulos de farmacología, uno de fisiopatología y dos de anatomía patológica.
Al fin del día antes de dormir, recuerdo la imagen de ese enfermo persignándose mientras manos completamente inexpertas lo recorrían por abdomen, tórax, cuello, brazos y piernas, entregado a su suerte, sin poder decir nada que alguien pueda comprender.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ni uno solo

No hay ni un corazón que valga la pena
Ni uno solo que no venga herido de guerra
Y sigo aquí... cuánto silencio hay
Cuánto silencio, no sé

El tiempo agotado en compases de espera
Dibuja un desierto por dentro y por fuera
Que tira pa´atrás a quien logre acercarse hasta aquí
No quiero pasados cargados de impuestos
Ni busco imposibles en cielos abiertos
Pero algo que valga la paz por la que hay que apostar

Amor inmenso y sin herida
Sin historia y a medida
Amor que no haga más preguntas
Preparado a no entender
Amor que mire bien de frente
Suficientemente fuerte
Amor que no busque salidas
Y no me cueste la vida

No hay ni un corazón que valga la pena
No hay un puto corazón sin carga o problema
¡Olvídate!...
No hay un solo corazón...

No hay un corazón que no vaya de pena
No hay un puto corazón en toda esta tierra
Que dé descanso y no haga preguntas
¡Olvídate!...

Y quisiera volar hasta donde te escondes
Contarte de una vez qué razones me rompen
Dejar de echar tanto de menos a tu corazón
Y quisiera tenerlo, robarlo aunque fuera
Dejar de negar que aún me vale la pena
aquél corazón que me late dentro de tí

Amor inmenso y sin herida
Sin historia y a medida
Amor que no haga más preguntas
Preparado a no entender
Amor que mire bien de frente
Suficientemente fuerte
Amor que no busque salidas
Y no me cueste la vida...

domingo, 30 de noviembre de 2008

Receta para sonreir luego de un pensamiento o momento desagradable

Paso 1: Trate de alejarse y estar solo un momento, si sigue rodeado de la situación o persona que causó el disgusto, muy probable es que no pueda salir de ella o termine sulfurado.

Paso 2: Piense en que no quiere pensar en nada... el pensar en una muralla blanca o cosas así puede resultar, pero no necesariamente.

Paso 3: Siga el hilo de sus pensamientos y trate de que se conduzcan a cosas agradables, puede ayudarse de cosas simples como el paisaje, una flor, un bebe, una casa bonita y a partir de aquello, deje fluir sus pensamientos libremente.

Paso 4: En este momento usted seguramente podrá ya sonreir o al menos se habrá liberado de la molestia que sentía, luego, con más calma puede pensar en el asunto y seguramente así sacará más en limpio.





martes, 18 de noviembre de 2008

Cupido

Cupido, el de los ojos vendados, niño en pañales haciendo sus travesuras... si, travesuras supongo...
Una vez me contaron que cupido tenía dos tipos de flechas... unas eran de plata y su punta era roma y las otras eran doradas con la punta filosa... la cosa era que si cupido llegaba a flechar con las primeras, esa persona sufría un enamoramiento pasajero, sin profundidad, porque carecía del brillo y de la intensidad... en cambio si era flechado por el segundo tipo, su amor sería real y verdadero... pero el ciego cupido toma cualquiera y dispara sin saber a quien ni con cual... así que imaginen lo difícil que es el que justo dos personas sean flechadas sincronizadamente por las dos flechas doradas... si bueno, tal vez en cuanto a probabilidad numérica no es tanto... pero es una forma de explicar como funciona ¿no? además así saben a quien culpar cuando se sienten atacados por una dorada sin que la otra persona lo haya sido... maldito cupido... bendíceme...


 
template by suckmylolly.com flower brushes by gvalkyrie.deviantart.com